Grabación CD

REFLEXIONES SOBRE LA GRABACIÓN Y EDICIÓN DE UN CD.

Grabar y editar un CD ha sido una de las experiencias más reveladoras que hemos vivido. Aquí hablamos de algunas circunstancias y reflexiones que han surgido durante el proceso:

 

  • Cuanto más elevadas son las prestaciones tecnológicas de un estudio de grabación, más se perciben las imperfecciones de los instrumentos e instrumentistas. Por ejemplo, al accionar el pedal derecho, los apagadores producen un sonido imperceptible en una sala de conciertos, pero al tener micrófonos direccionales a 2 metros del piano apuntando directamente a los martillos, estos sonidos están muy presentes. Para evitarlo conviene cambiar cómo y cuándo accionas el pedal. También los sonidos de madera de los martillos una vez que caen después de percutir la cuerda son perceptibles. Es importante tener en cuenta estas imperfecciones porque pueden ensuciar una grabación por causas totalmente extramusicales. El hecho de equiparar el instrumento con la parte tecnológica será crucial para obtener un resultado óptimo.
  • Cuando las posibilidades de editar mejoran, surge un dilema que puede condicionar mucho la producción. Si partimos de la premisa de que casi todo es editable, dejar pasar un error da la impresión de un editado torpe. Sin embargo, cuando editamos nos damos cuenta de que hay cosas que no se pueden solucionar con la tecnología sin traicionar la coherencia y el discurso musicales. Aquí es donde interviene la dirección artística de la producción: ¿qué prevalece, la perfección técnica o la musicalidad y discurso artísticos?
  • La percepción de los tempos durante una grabación es muy subjetiva, especialmente si uno está tocando. Cuando un pasaje vuelve a tocarse para resolver algún error, las relaciones de tempo pueden resentirse ya que es muy fácil tocarlo a otro tempo sin darse cuenta. Ahí surgen muchos problemas del post-editado en lo que a coherencia se refiere. Si se pretende cortar y pegar dos segmentos de un mismo pasaje para mejorarlos, el remedio será peor que el problema si los tempos son diferentes. Un consejo muy sencillo para evitar esto es la tranquilidad: paramos, reescuchamos el pasaje y actuamos en consecuencia. Es importante evitar entrar en el círculo vicioso de grabar sin escuchar antes alguna referencia.
  • Una práctica actual en crecimiento exponencial es el editaje, no sólo musical sino también visual. Un CD de música clásica pretende esconder la edición para que no se note y suene natural, pero un CD lo es todo menos natural. Se debería poner en debate si es ético no detallar todo lo que se ha hecho durante la edición en el booklet del dossier. ¿No sería positivo nombrar cuántos cortes, qué ecualización, qué micrófonos, qué piano, qué mesa de mezclas, qué efectos, etc… se han empleado? Así se mostraría la cara más honesta de una grabación. De la misma forma que cuando consumimos un producto procesado podemos ver en su envase de qué está hecho, al escuchar un CD también deberíamos tener información suficiente para evitar entrar en una falsa realidad y crear una expectativa que se puede frustrar en un concierto, cuando el oyente espera oír en directo el sonido de un CD perfecto.
  • ¿Un CD qué aporta? A menudo vemos grabaciones de integrales de compositores, como si se tratara de una pieza de coleccionismo que nos permite poseer todas las opciones de un compositor, o de un género, etc. Pero aquí tenemos otras ideas para confeccionar un programa de CD saliendo de ese coleccionismo. Uno de los aspectos que más dota de valor a la música clásica es su discurso, es decir, que nos cuenta una historia (sin texto, si no se trata de música con voz, u otras opciones discursivas). Así pues, cuando confeccionamos un programa siempre debería prevalecer un discurso, ya sea conectando a los compositores o conectando las piezas entre sí. La naturaleza de la música misma la podemos plasmar en decisiones muy precisas, concretando qué y con qué orden grabar piezas.. También podemos basarnos en una idea o concepto que vertebre el CD, como por ejemplo mujeres compositoras o grandes éxitos, localizaciones concretas, épocas históricas o formas musicales. O aún es más interesante elegir elementos internos entre los cuales podamos establecer una cierta relación y discurso común. Consideramos importante aportar algo personal o que sea innovador, si pisas nieve virgen puedes abrir nuevos horizontes. Uno de los mayores problemas de la música clásica es el conservadurismo en todos sus aspectos, incluido el hecho de grabar siempre las mismas obras.
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *